El suceso ocurrió en la Misión de BATA . Era el día 21-10-1924 y fue publicado en enero de 1925 en la revista EL MISIONERO. El piel del leopardo media: 2,70 m. del morro a la punta de la cola; lo ancho 0,90 m. y el cuello 0,60 m. Había estado haciendo de las suyas en el corral de la monjas y en la misión. La noche del 20 se llevó un cerdo que se lo comió cerca de la misión. Pero ante los estragos que hacía se le preparó un cepo, que consiguió arrancarlo. El día de los hechos salieron los chicos de la misión con el P. Leoncio, futuro Obispo, a la finca. Oyeron gruñidos y rugidos. El P. Leoncio descargó su escopeta hacia donde se oía el ruido y mandó que avisaran al H. José Martins, quien vino con un hacha. Cuando llegó al lugar le dijo el P. que tomara la escopeta. La cargó y se acercó al matorral. A unos cinco pasos tenía frente a él un tigre. No dudó, apuntó y disparó. El animal cayó y rodó por la pendiente a un riachuelo. De allí lo sacaron los chicos. Entonces vieron que en la garra derecha llevaba el cepo. Dieron gracias a Dios y a la Virgen por todo y vivas al Hermano que le había matado. El P. Leonció fue el fotógrafo. Con eso se acabó la pesadilla de más de una semana.
westy
[Dec 06, 2007 at 12:23 PM]
Muy interesante Mari Carmen....por haber sacado esta foto.....y al P. MGB....por la narración tan completa del suceso....¿Tigre? Es comprensible que se pudiera confundir en aquellos tiempos y momentos con uno ...aún sabiendo que en ese habitat....no existen...
MBOETE
[Dec 06, 2007 at 06:44 PM]
Fuese tigre o leopardo, el H. José Martins le propinó un soberbio "escopetazo" en todo lo alto y como mandan los cánones, suficiente para que rodara hacia el riachuelo, sin puntilla. La faena fué de salida a hombros y el relato, excelente. Pues sí.