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Capitán Huete cuando todavía no era capitán.
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Este fue mi padre. Dedicó los mejores años de su vida a Guinea poniendo todas sus capacidades, que eran muchas, al servicio de aquella tierra y de sus gentes.
No hace mucho llegó a mis manos un libro escrito por un periodista guineano y uno español, que no le conocieron personalmente, donde se le mencionaba sólo una vez para decir que gracias a sus esfuerzos y a los del obispo de Santa Isabel, don Faustino puso fin a la terrible represión que había desencadenado sobre los guineanos que deseab an su independencia.
Fue un hombre leal: leal a su sentido del deber, de la justicia, de la decencia. Poner su foto en primer lugar es mi homenaje.
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No me sentí con ánimos de ir a la cena, Mari Carmen. Os recuerdo muy jovencitos y se me hacía muy cuesta arriba reencontraros como cincuentones.