Rosen, en general todos los bichos salían corriendo en cuanto veían u olfateaban a un ser humano, y los gorilas siempre fueron especialmente huidizos. A mediados de los años 60 se declaró totalmente prohibida su caza en Guinea. Claro que esto regía para los blancos cuyas armas eran fácilmente controlables por la administración. Lo que pasase en cualquier rincón del bosque, donde pululaban las armas ilegales y de pésima calidad de los nativos, era otro cantar.
javi diez astrain
[Apr 11, 2011 at 10:22 AM]
Desde luego, por su tamaño, este debía ser el padre de todos los gorilas